Atendamos el mal del corazón con la sangre de Cristo

La felicidad y las bendiciones que reciben los de corazón puro, es porque tienen un corazón perdonado, no solamente es el elogio por las buenas obras, sino porque han aprendido a confiar en los méritos de Cristo, de esa manera tienen el agrado de Dios.

La limpieza del corazón también tiene que ver con la docilidad, o con el reconocimiento de la necesidad que tenemos de dejarnos llevar por el Espíritu Santo, quien tiene como propósito convencernos de nuestros pecados y santificarnos en la verdad de Dios.Cuando nuestro corazón está siendo tratado con la sangre de Cristo y con la palabra de Dios, en realidad todo nuestro ser está siendo santificado, porque de acuerdo a lo que haya en el corazón, así serán nuestros pensamientos, nuestras intenciones, acciones y de eso también hablará nuestra boca.Debemos ponerle toda la atención necesaria a nuestro corazón para que sea despojado de todo fingimiento e hipocresía, porque engañoso es el corazón y porque justo ahí es el sitio en donde satanás busca siempre establecer su obra, porque desde allí trabaja para ponernos contra Dios y para que de esta manera en lugar de ser dichosos, vivamos en la desdicha de ver a Dios.Dediquemos nuestra vida a glorificar a Dios, cuidemos que él ocupe el primer lugar en nuestra vida, que sea nuestro mayor tesoro, que todo lo hagamos dependiendo de él y para él, seguramente así, nuestro corazón estará siendo lleno de Dios y rebosante de bienaventuranzas celestiales.

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