Josué tenía que actuar con valentía ante todo lo que se opusiera al propósito de Dios, pero su valentía dependía de que Dios estuviera con él para respaldarlo, incluso, para pelear por él las batallas necesarias. Siempre debería prestar atención y obediencia a la palabra de Dios.
“Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien. Mira que te mando que te esfuerces y seas valiente; no temas ni desmayes, porque Jehová tu Dios estará contigo en dondequiera que vayas.” Josué 1:8-9 RVR1960
Lo que se muestra en este texto, es que Dios le hace ver a su líder la presencia del miedo en su vida, y cuando Dios está con nosotros no tiene por qué tomar lugar el miedo al grado de paralizar nuestro avance en los caminos del Señor, ya que en la palabra de Dios siempre hay promesas que nos aseguran la intervención oportuna de Dios.Debemos evitar confiar en nosotros para que seamos movidos con el valor que Dios implanta en la vida de quienes miran a Cristo como el Señor victorioso, como el que lleva a su pueblo siempre de triunfo en triunfo. Pero además, debemos fortalecernos en el Señor Jesucristo y en el poder de su fuerza para ser verdaderos esforzados, de tal manera, que seamos imparables en el cumplimiento de la santa voluntad de Dios en nuestra vida y en toda disposición divina.Nuestro mayor esfuerzo y cuidado es obedecer la palabra de Dios, porque con ella nos guía y nos sustenta para avanzar y estar en condiciones. Es así como al obedecer la voz de Dios tenemos mandamientos y promesas, lo que nos hará obedecer y confiar, así es como buscaremos la presencia de Dios para nuestra vida, y es la que en verdad hará que seamos prosperados y que todo nos salga bien.