Confiar en Dios es adorarlo en medio del peligro y de la prueba

Siempre debemos adorar a Dios, porque a través de la alabanza le decimos a Dios quien creemos que es él, lo que hace y también lo que le pedimos para nuestra vida. Siempre debemos decir que Dios nos fortalece y nos protege, pero también, siempre debemos estar pidiendo la protección y la fortaleza, ya que constantemente estamos en peligros y bajo sufrimiento.

«Cuando adoramos a Dios a pesar de los problemas estamos manifestando nuestra confianza en él, pero también profesamos el correcto conocimiento de que nos puede ayudar, pues al reconocerlo como digno de alabanza estamos asegurando con hechos que él está por encima de todo, tiene el control de todo y sus buenos propósitos de cumplen en nuestra vida.»

Adorar a Dios es reconocer en gratitud su poder, su amor y que cada acción suya nos beneficia como sus criaturas y como sus hijos. Adoremos a Dios agradeciendo de antemano lo que hará para el bien de nuestra vida, ya que nos ha prometido bienestar a pesar de las dificultades, y porque nadie puede impedir que sus promesas sean cumplidas en nuestra vida.

Aunque tengamos a satanás como enemigo y aunque nos toca padecer en esta vida, podemos estar tranquilo y siempre adorando a Dios, ya que siempre se está manifestando en nuestra vida, pues nos hace sentir su presencia espiritual, nos infunde valor y fortaleza para no desmayar, y siempre que le buscamos en la oración y a través de todos los medios que ha dispuesto para ello nos hace sentir su protección.

Compartir