Dios promete satisfacer nuestra alma, y es que solo él puede hacerlo, ya que él creó nuestro cuerpo y nos dio la vida. Por esto mismo, Dios es el que nos enseña a vivir de tal modo que le glorifiquemos y nosotros disfrutemos. Es necesario y a la vez, es el privilegio más grande, que estemos en comunión con Dios recibiendo sus favores y todo el sustento necesario para vivir física y espiritualmente.
“Desde que fuimos creador por Dios necesitamos de él, pero aún más, al entrar el pecado en la vida humana se hizo necesaria la salvación del alma, la liberación del poder del mal y de la muerte. Por eso hoy el alma estará abatida, menesterosa y sin esperanza si no hay una relación directa con Dios a través de Cristo.”
Así es como por la misericordia de Dios podemos hallar descanso en él, y esto es cuando nos arrepentimos de nuestras maldades para recibir el perdón, lo cual nos permite sentir el gozo de la salvación. No estemos más lejos de Dios viviendo insatisfechos y tristes, aceptemos el ofrecimiento de su gracia y amor, y ahora mismo comenzaremos a Disfrutar de él y a gozar de él para siempre.Aceptemos voluntariamente el proceso de restauración, porque nuestra vida necesita conformarse a la imagen y voluntad de Dios, y no veamos esto como una carga, porque más bien, es lo que nos libera de la carga que nos agobia y que nos cansa asta desmayar. En el proceso de restauración se nos permite experimentar la gloria de Dios en nuestras vidas y así recibimos la riqueza del cielo y toda provisión espiritual con lo que nuestra alma se vivifica y se recrea en Dios.