Con la paz de Dios en Cristo se disfruta la vida

La bendición de la tranquilidad que produce la paz es incomparable, y es que precisamente Cristo es el príncipe de paz. La genuina paz tiene su origen en Dios y su aplicación principal es para la reconciliación con él, por esto es por lo que la base de nuestra tranquilidad radica en ser perdonados, porque así es como queda resuelta la enemistad con Dios, y porque espiritualmente el perdón nos hace vivir la paz interna.

“La paz nos hace vivir bien, porque de ese modo disfrutamos la presencia de Dios, nuestras relaciones son saludables, y espiritualmente estamos capacitados para hacer lo propio en el buen deseo de vivir en armonía con los que nos rodean. Con la paz de Dios lo mucho o lo poco será disfrutable y hallaremos en ello contentamiento.”

Una vida llena de provisiones, abundancia y comodidades es buena, pero nunca será mejor que una vida llena de paz, porque en realidad, nada puede superar la paz de Cristo con la que nuestra mente y corazón son guardados. Pero debemos saber que esto es real únicamente en quienes confían en Dios y en los que también procuran que el evangelio de la paz reine en sus corazones. Cuando nos afanamos por buscar sólo lo material y posesiones que nos hagan sentirnos tranquilos, lo único que añadiremos a nuestra vida será más aflicciones y así menos disfrutaremos vivir.Al ser la paz el resultado de la presencia de Cristo en nuestras vidas, debemos tener la certeza y la esperanza que a través de él podemos recibir las bendiciones necesarias de parte de Dios para disfrutar su provisión, sabiendo que lo que Dios quiera darnos es suficiente para estar bien, tranquilos y contentos. El gran problema es cuando de manera carnal y mundana queremos lograr bienestar, ya que este tipo de vida que deshonra a Dios jamás nos hará estar bien, puesto que el alma necesita de su hacedor para hallar verdadera calma.

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