De lo recibido de tu mano te damos

Cuando se trata de ayudar a los demás, muchas veces pensamos que para poder dar es necesario sobreabundar, no podemos dar lo que no tenemos, y consideramos que lo que tenemos apenas es suficiente.

La verdad es que Dios nos invita a dar de eso que tenemos, pues al compartir con otros estamos despojándonos de nuestro egoísmo y aprendemos a ser de ayuda y bendición a otros. En realidad, no importa si es poco o mucho, lo verdaderamente importante es la intención con la que lo hacemos, y si ayudamos con un corazón sincero, entonces esa ayuda se vuelve invaluable. Aprendamos a dar en apoyo a otras personas y compartamos de nuestras bendiciones, alguna vez un niño ofreció cinco panes y dos pececillos, pero la intención de su corazón y el poder de Dios hizo que alimentaran a miles. Que así sea en nuestra vida.

Compartir