El buen pastor

Ser pastor es una tarea muy cansada, debe saber cuántas ovejas tiene a su cuidado, algunos hasta nombre les ponen, sabe el temperamento de cada una, sus gustos, aquello que las pone en riesgo, si alguna está enferma y cuál es su tratamiento. Sabe cuáles son los mejores pastos, dónde hay agua corriente, fresca, si por alguna razón la provisión se acaba, sabe cómo conseguir más, sabe que, en caso de haber tormenta, dónde hay un refugio.

Por todo esto, es que la Escritura llama a Dios y a Cristo como el Buen Pastor, porque tiene un cuidado perfecto de cada uno de nosotros, nos da seguridad, provisión, alimento, refugio, y todo lo que necesitemos para poder vivir en plenitud. Jesús dijo que él era el Buen Pastor, aquel que da su vida por sus ovejas; así que no hay mayor muestra de amor que, nosotros siendo pecadores, recibimos su vida por la nuestra y nos garantiza total seguridad y confianza eternas.           

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