La renovación de nuestra vida en Cristo define nuestra forma de pensar y actuar, nos ayuda en la determinación de nuestras prioridades en la vida, y por lo mismo desarrollamos metas que van acorde con el pensamiento de Dios. Iniciemos este año renunciando a la vida pasada, esa que se revelaba en contra de la voluntad de Dios y que se aferraba al yo.
“Así es como el seguimiento a Cristo demanda la negación de nosotros mismos para que sea Cristo en nuestras vidas y así fluya una vida nueva para la gloria de Dios y nuestro deleite con él.”
El lograr ser nueva criatura no es por quiénes somos, sino por quién es Cristo y por nuestra unión con él. Así que, cual quiere persona puede nacer de nuevo tan sólo creyendo en Cristo, y puede crecer viviendo como Cristo, y como lo demanda en su palabra.No podemos ser indiferentes a Cristo si queremos honrar a Dios en este año que estamos comenzando a vivir, porque Dios siempre está completando su obra en nuestras vidas, gracias a Cristo. Estemos seguros de que, si vamos dejando el pecado en el pasado, también nuestro futuro será renovado y prosperado.