La fe tiene su fundamento en la palabra de Dios, la Biblia es la revelación que evidencia si nuestra fe es genuina o es sólo una fantasía y una manifestación meramente religiosa. Con la fe aceptamos la existencia de Dios y creemos que se ha revelado en Cristo para salvarnos, por lo que recibimos su obra realizada en la cruz y con humildad nos sometemos para ser bendecidos con ella, para recibir el perdón luego de aceptar que somos pecadores y al creer en la buena noticia del evangelio; “que en Cristo somos perdonados.”
“Pero persiste tú en lo que has aprendido y te persuadiste, sabiendo de quién has aprendido; y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús.” 2 Timoteo 3:14-15
La fe no es ciega porque nos guiamos por la palabra de Dios, ella nos dice lo que podemos creer, esperar y hacer como parte del ejercicio de la fe. Por eso en este tiempo es pertinente que todo mensaje bíblico esté basado en la Biblia, ya que sólo así nuestra fe crece. El mensaje es Cristo y el propósito es la salvación, pero aún cuando el alguien hable de Cristo y la salvación, debemos asegurarnos de que lo que dice de Cristo y de la salvación sea correcto. La Biblia puede respaldar lo que ella misma dice, pero también, desecha lo que en ella no está contenido como revelación de Dios.
Como hay tantos falsos predicadores, debemos aceptar sólo los mensajes que se fundamentan en la biblia, es decir, aquellos mensajes que, basados en un texto bíblico se explica con otros textos de la Biblia, sin que la explicación del texto se contradiga con alguna otra parte de la Biblia. Esto hace necesario que aprendamos a leer la Biblia y que la leamos constantemente.
Todos tenemos al mismo Espíritu Santo, y la responsabilidad de atesorar la palabra de Dios, por lo que sin ser necesariamente expertos en interpretación bíblica o unos grandes exponentes, si podemos ser guiados por el Espíritu Santo para conocer más a Dios a través de su palabra y para saber más de la verdad. Por otra parte, al oír un mensaje, hay que discernir espiritualmente si es correcto, y por el conocimiento que tenemos de la biblia debiéramos saber si el mensaje tiene fundamentos sólidos en toda la Biblia, o si son solamente palabras manipuladoras o inventadas.