Que no pare la obra de Dios en nosotros y con nosotros

Emprender conforme a los planes y propósitos de Dios nos debe garantizar el éxito, porque todo lo que se oponga no podrá detener la obra que es dirigida por Dios para cumplir su voluntad. Debemos estar preparados para enfrentar batallas, porque satanás desde el principio se ha opuesto a Dios y así será siempre, pero debemos tener certidumbre en que Cristo ya ha hizo la obra en la cruz, lo que nos garantiza perseverancia y buenos resultados en lo que realicemos en su nombre y para a gloria de Dios.

“Y en respuesta les dije: El Dios de los cielos, él nos prosperará, y nosotros sus siervos nos levantaremos y edificaremos, porque vosotros no tenéis parte ni derecho ni memoria en Jerusalén.” Nehemías 2:20

Las posibilidades que Dios nos da en donde aprendemos a confiar en él y nos gozamos en sus manifestaciones con poder y gracia, es cuando hay adversidades, oposiciones y aparentes riesgos de fracasos. En las cosas fáciles no se aprende a ser esforzados y no se disfrutan los logros. En el caso de la vida de fe, vamos a crecer, disfrutaremos de la comunión con Dios y aprenderemos a darle gloria cuando vemos su obra perfecta en nosotros y con nosotros, y esto es más visibles en esos tiempos de aflicciones, pero a la vez de victoria.

Las cosas que tenemos que realizar todos los días, los roles que desarrollamos en lo cotidiano, en la familia, en el trabajo, en la iglesia y ministerio no pueden ser empañados por los problemas, por el contrario, nuestra fe debe darnos una visión mas clara de todas las cosas para realizarlas y crecer en fe.

Es momento de vivir con más empeño al ser fortalecidos, no nos demos por vencidos, que nada nos derrote, más bien, empuñemos nuestras manos con la fuerza de Dios y con su poder para completar la buena obra, porque en donde está operando el poder de Cristo el diablo no tiene lugar.

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