En todo momento confiemos en Dios

La relación con Dios se disfruta porque enriquece nuestras vidas al darnos la confianza en todas sus promesas. Sólo cuando tenemos conocimiento y certeza del evangelio entramos en comunión con Dios, porque esta obra es de Dios, quien por su grande amor en Cristo nos une a él para que así nos sintamos seguros y podamos disfrutar sus manifestaciones con las que revela su gloria y el propósito de que estamos bien.

«Cuando cultivamos la comunión con Dios tomando en cuenta la palabra con la que muestra su voluntad nuestra fe crece, así confiamos más y lo buscamos todo tiempo, tanto para agradecer en alabanza, como también para buscar sus favores, los cuales siempre serán necesarios, como también siempre habrá razones para agradecer a Dios con acciones de alabanzas y oraciones de gratitud.»

Aunque hay momentos en los que nos desanimamos por las diferentes circunstancias difíciles que enfrentamos, el amor de Dios nunca nos falta, porque si permite tiempos de angustias será para que lo conozcamos más cuando él nos brinda su ayuda. Todos los nombres que conocemos de Dios fueron revelados por él mismo cuando actuó en favor de su pueblo, al sacarlo de las peores condiciones y al ayudarlo a perseverar con éxito en el propósito de la salvación.

Conocer más a Dios para relacionarnos con él es un deber cristiano el cual puede tener excelentes resultados al considerar todos los recursos que nos ha dejado. Nunca será en vano escudriñar Las Escrituras, orar, adorar, servir y permanecer esperando en toda prueba, porque en todo esto Dios siempre se revela para nuestro bien.

Sólo hasta que conocemos a alguien por su nombre y sabemos quién es podemos tomar la decisión si confiamos o no. Si en este momento sentimos que la estamos pasando muy mal, creamos que si nuestra comunión con Dios es genuina en Cristo no nos ha desamparado, sino que seguramente busca ayudarnos para que aprendamos a confiar más en él.

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