La palabra de Dios no es sólo un montón de letras o narraciones viejas y sin propósito alguno, tampoco son afirmaciones ni teorías humanas. La palabra de Dios produce vida, porque el mensaje de la palabra es Cristo, el mismo es la palabra revelada con el propósito de darnos vida eterna cuando por la fe creemos en él y lo recibimos en el corazón.
“Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.” Hebreos 4:12
Hoy Cristo no está presente físicamente, pero podemos conocerlo, saber de sus palabras y obras cuando prestamos atención a la palabra y ese mensaje hace vivo a Cristo en nosotros, de tal manera que podemos relacionarnos espiritualmente con él, así podemos tener la vida eterna, disfrutamos la vida y crecemos cristiana mente.
El mensaje de la palabra en nosotros hace presente a Cristo en la vida, pues ella obra con el poder del Espíritu Santo, por lo cual el mensaje que recibimos de la cruz de Cristo es considerado como real y verdadero, por lo cual es aplicado en el corazón para que recibamos todas las bendiciones espirituales, y así el poderoso evangelio actúa eficazmente, para que seamos convencidos, convertidos, transformados y perseveremos siempre en Cristo.
Dios quien conoce lo más profundo de nuestro ser, es el que identifica perfectamente el mal que nos afecta íntimamente, y así a través de la palabra trata con nosotros para resolver nuestro problema fundamental, nos hace libres de la mentira des de lo interno y destruye la obra del maligno, porque el poder del evangelio prevalece siempre sobre todo para que Dios cumpla su propósito salvador y recibamos la vida eterna.