
Nuestras necesidades más profundas en la vida no se resuelven con lo material. El problema principal del ser humano es el pecado, la separación de Dios y el poder de satanás, porque esto es lo que hace al ser humano estar bajo maldición, lo cual implica la muerte física y espiritual. La respuesta eterna de Dios es Cristo, él es la solución para nuestros males y el favor de Cristo es gratuito, pues sólo se recibe por la fe.
Por Cristo somos liberados del poder del mal, recibimos el perdón y nos une con Dios. Mediante Cristo obtenemos las bondades de Dios en todo momento, por eso también en nuestras situaciones materiales y físicas somos bendecidos grandemente. Cristo nos da vida eterna, nos vivifica para vivir activos en el reino de Dios, así podemos en la vida cotidiana desarrollar nuestros roles con la prosperidad propia de los hijos del reino. Creamos hoy en Cristo y recibámoslo en nuestra vida.