Procuremos la madurez cristiana

Debemos pensar con madurez, decidir con firmeza cristiana y hacer todas las cosas como se debe. En la relación con Dios hay que ir adquiriendo el conocimiento correcto que nos hace confiar y obedecer, es decir, siempre debemos esperar lo mejor de Dios y considerar la Palabra de Dios como la autoridad y la dirección para nuestra vida.

«Hay que ser consientes y responsables de nuestra manera de vivir, por eso es por lo que necesitamos prestarle atención a la Palabra de Dios para conformarnos a la voluntad de Dios, así maduramos cristianamente y procuramos hacer lo que se debe y evitamos lo que nos es conveniente hacer porque deshonra a Dios.»

Hay que ser prontos y fuertes para hacer lo bueno, y en cuanto a la práctica de lo malo hay que ser inestables, es decir, hay que evitar aferrarnos a la vida desobediente y desleal. Que seamos constantes y responsables en la comunión con Dios y en hacer las cosas con seriedad y seguridad. En todos nuestros roles cotidianos y en la comunión con nuestros hermanos debemos procurar ser ejemplo y de bendición para que otros también tengan un carácter cristiano firme.

El cristiano maduro y que se considera ejemplo para los demás, no es arrogante ni impaciente, por el contrario, sabe que no está libre del error y ayuda a los demás a dar pasos de fe hasta madurar. Tengamos correcta visión de las cosas y de los demás; no juzguemos a nadie por la apariencia y calculemos correctamente cuando debemos hablar y actuar, por lo mismo, hay que tener auto control. Todo nuestro ser debe atenderse con todos los recursos espirituales de Dios, para que también en nuestro hacer seamos espirituales, lo cual muestra madures cristiana.

Conociendo la verdad, permaneciendo en ella y reteniéndola se puede llegar a la estatura del varón perfecto, es decir, podemos tener la mente de Cristo, la naturaleza de Cristo y su imagen. Cristo es nuestro ejemplo para procurar lo bueno y desechar lo malo. Que Dios nos ayude para no ser inestables en cuanto a la manera correcta de vivir, y que pronto dejemos de hacer lo malo para vivir enfocado sólo en lo bueno.

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