Israel campos

Llevando el evangelio a todas las naciones

Por Cristo estaremos siempre firmes

Por Cristo estaremos siempre firmes

Como resultado del evangelio cada día nuestra vida debe experimentar la naturaleza de Cristo. Dios nos creó a su imagen y semejanza, pero esta se afectó por el pecado, sin embargo, con la naturaleza de Cristo nuestra vida tendrá la recreación, la santificación y la restauración que Dios ha planeado. Esto muestra el resultado del llamado que Dios nos ha hecho, la unión espiritual que tenemos con él por medio de Cristo y ese crecimiento cristiano que resulta de nuestra vida permanente en el evangelio.

“Nuestra vida establecida en Cristo es firme ante el pecado y ante los ataques del maligno. Todo el tiempo debemos buscar el poder del evangelio para nuestra vida y la plenitud del Espíritu Santo, porque si estamos en la verdad viviendo el evangelio nuestra vida estará más consagrada y fortalecida para resistir ante el pecado y viviremos en victoria ente el tentador.”

Todo el cambio que nuestra vida experimenta debe ser des de lo interno por ser llenos de Cristo y atentos a la Palabra. Todas las cosas externas que hagamos conforme a la verdad de Dios tendrán resultados y valor espiritual justamente por estar en Cristo. Por lo tanto, no esperemos que nuestra vida esté bien y dando los frutos espirituales, si nuestra manera de vivir es solo religiosa, guiada por ritos y tradiciones. En verdad necesitamos nacer de nuevo, ser nuevas criaturas en Cristo para participar de su mente y naturaleza.

Dios en su gracia por medio de Cristo nos elige y nos llama por medio del evangelio, pero también genera nuestro crecimiento y madures por el evangelio. Cuando somos conscientes y constantes que todo depende de Cristo y que por lo mismo nos relacionamos más con él, nuestra vida va a perseverar y prosperará. Es Cristo el que nos mantiene estables, porque hizo todo para que el pecado no nos ate más y para que satanás fracase en el intento de separarnos de Dios. Por esto es por lo que siempre hay que vivir en el evangelio, entendiendo que la nueva vida es precisamente el resultado de estar en Cristo.

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