Dios nos ama y nunca renunciará a nuestro amor. Lo que Dios ha hecho por amor a nosotros nadie más lo puede hacer, y lo que ha hecho no lo merecemos. Dios ha asegurado la vida eterna, la mejor vida con él en su presencia. Aunque el pecado es parte de la vida, Dios nos ha dado la posibilidad de salir de esa maldición. Esto lo podemos hacer solamente creyendo en Cristo. Así lo dice Su Palabra; “Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16 RVR1960Por la verdad del amor de Dios hay que tener la seguridad que Dios siempre está con nosotros, que todos los designios de su voluntad son para nuestro bien. Si por el amor de Dios hoy podemos ser perdonados y recibir la vida eterna, eso también significa, que en todas las demás cosas Dios está dispuesto para ayudarnos. No nos sintamos abandonados por Dios en estos momentos difíciles, mejor clamemos a él y vamos a sentir su presencia obrando en todo nuestro ser.Pensemos que todas las pruebas que llegan a nuestras vidas son ocasiones que Dios permite para que podamos escuchar de parte de él un ¡te amo! Por esto siempre debemos poner mucha atención a Dios, debemos pedirle que nos abra los ojos espirituales de la fe para ver su gracia siempre en nuestras vidas, y también hay que pedirle discernimiento espiritual para comprender que nos ama y que todo está en sus manos para nuestro bien.Escudriñemos la Biblia y atesoremos todas las promesas de Dios, y de la misma manera, veamos a nuestro alrededor, y nos daremos cuenta, de que Dios está cumpliendo todo, que está dirigiendo la historia y que en todo su amor se hace visible. Seamos sensibles a la voz del Espíritu Santo y a su dirección, porque él nos hará sentir el amor de Dios y nos recordará que él es nuestro Padre celestial amoroso.Por todo esto, en ningún momento perdamos la esperanza en nuestro Dios, porque, aunque los tiempos sean difíciles siempre nos sustentará con su amor. Así está escrito en la revelación de Dios; “y la esperanza no avergüenza; porque el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado”. Romanos 5:5 RVR1960