
Si en este momento estás en medio de tribulaciones muy difíciles, muy pronto experimentarás el poder de Dios manifestado en tu vida y en tu familia, porque no son en vano los sufrimientos de los hijos de Dios. En esta vida todos los seres humanos padecen, pero solamente los hijos de Dios son bendecidos en ellos, porque Dios obra en esas circunstancias conforme al plan de salvación en Cristo.
Tengamos presente que las adversidades son tiempos de consuelo, paz y de fortaleza, porque siempre Dios hace que el Espíritu Santo nos consuele conforme a sus promesas, nos hace sentir la dulce presencia de Dios y así nos infunde tranquilidad. Siempre que necesitamos poder lo podemos encontrar en el evangelio y es justamente ahí cuando el Espíritu Santo nos lleva a través de la Palabra en la dirección de la cruz de Cristo, para comprender los padecimientos y vencer por medio de Cristo.
La fe fluye en las pruebas, porque ahí echamos mano de todo lo que Dios nos ofrece como ayuda, confiando que todo estará bien por su bendita obra, pero también, es en la prueba en donde nuestra fe se purifica. Por todo esto, debemos alegrarnos, ya que al pasar la adversidad los resultados espirituales serán maravillosos. Así lo expresa la Palabra de Dios:
“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:2-4 RVR1960.
La fe es vista en acción cuando estamos padeciendo, y esta misma en las manos de Dios haciéndola crecer nos impulsa a la oración, y es cuando podemos platicar con Dios, cuando Dios escucha la sinceridad de nuestro corazón y percibe nuestra dependencia en él. Así que, si estamos sufriendo, estemos tranquilos, porque Dios está al tanto recibiendo nuestras oraciones. Dios así lo pide y lo promete:
“No se aflijan por nada, sino preséntenselo todo a Dios en oración; pídanle, y denle gracias también. Así Dios les dará su paz, que es más grande de lo que el hombre puede entender; y esta paz cuidará sus corazones y sus pensamientos por medio de Cristo Jesús.” Filipenses 4:6-7 DHH.
Gloria a Dios porque podemos estar en su plan siempre, y su propósito para salvarnos no puede ser interrumpido por las pruebas, sino que, por el contrario, Dios ahí obrará de manera poderosa.