Cristo el Mesía quien destruyó el poder de satanás nación y llevó a cabo su obra tal y como fue anunciado. La profecía trajo esperanza y consuelo al pueblo de Dios, pero también sirvió de conocimiento para que el mundo pueda conocer quién es realmente nuestro Salvador. Cristo nació en el tiempo señalado por Dios y su desarrollo desde niño fue como cualquier ser humano, solamente que santo y centrado perfectamente en el plan de Dios para salvarnos.
«Cristo se humanó porque solamente de esa manera podría ser nuestro Rey, quien destruyera el poder de satanás y nos liberara de todo el poder del mal. Cristo vino para estar entre nosotros y para que de esa manera conociéramos la verdad, para que nuestros corazones se iluminaran del conocimiento de Dios y así pudiéramos volver a Dios por medio de Cristo. Si Cristo no hubiera nacido de una mujer no podría morir como nuestra ofrenda delante de Dios, ni hubiese podido ser él nuestro sacerdote para ofrecer precisamente su vida como la ofrenda santa necesaria para el perdón de pecados, para ser libres de la culpa y de la condenación eterna.»
Dios vino para estar entre nosotros, porque aun cuando Cristo se humanó él no dejó de ser Dios, por eso también tenemos que considerar, que siendo Dios llevó a cabo un sacrificio perfecto y eterno, lo cual ningún ser humano fuera de Cristo podría llevar a cabo, porque nadie es perfecto como Cristo ni nadie es divino como él. Siendo Cristo perfectamente Dios y humano pudo ocupar nuestro lugar como pecadores y sufrir nuestra condena, y así de ese modo su sacrificio fue suficiente para la completa y eterna salvación.
Cristo nos trajo el reino de Dios para vivirlo todos los días de la mejor manera, aunque un día gozaremos de esto plenamente. Cristo como nuestro Mesías cumplió con el plan de Dios porque derribó el poder de satanás, llevando a cabo su obra con total admiración, lo mismo que su enseñanza siempre impactó en la vida de los oyentes porque enseñaba como ningún otro. Todos los reyes de la tierra hicieron muchas obras, pero nadie pudo llevar a cabo la obra espiritual del Mesías Rey, y de la misma manera nadie pudo mantener por siempre su reinado como nuestro Cristo.
El mesías ha sido eterno como el Padre porque él es Dios, por eso Cristo fue invencible, satanás nunca tuvo poder sobre él, por eso en todas sus obras de liberaciones espirituales los demonios se sujetaban a su autoridad. Debemos aceptar con fe a Cristo y su obra, porque él es el único que hizo todo para que hoy podamos ser reconciliados con Dios, solamente en los méritos de Cristo es quitado el pecado y Dios nos acepta para gozar de paz y de todas las demás bendiciones eternas y cotidianas.