Dios nos ofrece todo lo que necesitamos para llevar a cabo su plan, Dios quiere que testifiquemos de Cristo pese a las adversidades que enfrentemos en esta labor. Claro está, no podemos en nuestra propia fuerza cumplir con la gran comisión, ni podemos no esperar angustias por esta causa, pero sí podemos estar seguros de que Dios se glorificará cuando sirvamos de esta manera y cuando nos manifieste su ayuda.
«Los que ignoran el significado de la cruz y el plan de Dios para salvación, lo único que pueden ver en la cruz es a una persona derrotada que no hizo nada para defenderse. Lo que estas personas no pueden comprender es que el evangelio es el poder de Dios para salvarnos, porque con la muerte de Cristo se cubrió la culpa por nuestros pecados, pues Cristo murió sufriendo el castigo, y por eso también podemos ser perdonados y transformados.»
No importa cuantas personas rechacen el evangelio y cuantos nos rechacen, debemos siempre predicar a Cristo, y manifestar con hechos el resultado del evangelio en nuestras vidas, ya que cuando verdaderamente conocemos y experimentamos el evangelio es cuando nos convertimos en verdaderos testigos. El gozo que produce el saber que estamos libres de condenación y que estamos unidos a Dios debe ser evidente a la hora de hablar de Cristo, y claro está, la bendición de ser libres del poder de satanás debe manifestarse en la alegría por nuestra victoria espiritual.Solamente cuando consideramos el valor del evangelio es cuando podemos estar dispuestos a dar nuestra vida por esa causa. Vivamos seguros de que con Cristo nuestro presente está resuelto y que nuestro futuro es glorioso. Así que, sigamos adelante sin temor alguno, ya que Cristo de manera espiritual está con nosotros, nos ha dado la salvación y que pronto vendrá para llevarnos con él, por lo tanto, con todo gozo, valor y ánimo seamos los verdaderos testigos de su nombre.