Dios perfecciona nuestras vidas y hace que nuestra fe crezca

Dios ve nuestras luchas, él sabe de nuestros sufrimientos y espera nuestras oraciones, porque cuando oramos en nuestros padecimientos y él se manifiesta aprendemos más de sus obras, confiamos en sus promesas y crece nuestra fe. Si en las pruebas somos perfeccionados es porque Dios es bueno y por eso debemos alegrarnos. Toma en cuenta esta palabra:

“Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.” Santiago 1:2-4 RVR1960

La alegría de la vida no depende de lo material y físico, depende de lo espiritual, de la obra de Dios para salvarnos, por eso cuando tenemos fe somos grandemente bendecidos, porque podemos creer en Cristo y recibir la salvación. Si Dios permite que la fe sea puesta a prueba no nos quejemos, mejor agradezcamos con gozo esperando mejores cosas para nuestra vida espiritual, porque Dios nos hace pasar por el calor de la prueba para que nuestra vida resulte en alabanza de su nombre y para que nosotros lo disfrutemos más de él.Si no fuera por nuestra fe en crecimiento y nuestra vida en perfección no podríamos perseverar, no podríamos estar firmes ni recibiremos las bendiciones de Dios. La fe es un regalo de Dios y por su gracia, misericordia y poder nos ayuda para que nuestra fe nos aferre a Cristo y a todas sus promesas. No tengamos miedo a los procesos, porque Dios con su amor nos consolará y con su poder nos sostendrá y nos hará soportar. Dios cumplirá su propósito en nosotros, de modo que perseveremos hasta el día de Cristo perfeccionados.

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