
El amor que Dios nos da es eterno y total, sus cuidados son completos y nunca nos abandonará. Que hoy satanás no nos engañe haciéndonos creer que Dios nos desechará por nuestras equivocaciones, confesemos la sangre de Cristo que nos limpia de todo pecado. En las aflicciones de esta vida tampoco vayamos a pensar que Dios se olvidó de nosotros, más bien adoremos su nombre con la seguridad de que vela por nuestra vida.
«Nadie nos puede ayudar como Dios, ni nadie nos puede dar las buenas cosas que Dios nos provee y por esto mismo, nadie merece mayor confianza como Dios. Aunque existan buenas personas y con buenas intenciones, no siempre pueden ayudarnos porque en cualquier momento pueden fallar, ya que son imperfectos como nosotros, pero Dios sí quiere y puede ayudarnos justo con lo que necesitamos.»
Dios nos creó con mucho amor por eso aseguró como obra de su creación toda la provisión que necesitamos para vivir, y aun cuando pecamos al desobedecer su palabra nos dio a Cristo para que sea nuestro salvador. Cuando estábamos bajo condenación Cristo vino para liberarnos de esa consecuencia, cuando estábamos muertos espiritualmente recibimos la vida al creer y esto que Cristo hizo fue cuando aún éramos pecadores activos y siempre opuestos a Dios. Si Dios ha hecho esta obra en nosotros significa que en todo busca que estemos bien.Pensemos que, así como un bebé depende de su mamá para que esté sustentado, de la misma manera nuestra vida necesita de Dios, por eso, es bueno este tiempo para que creamos en Dios, de manera reverente no sometamos a él y confiemos nuestras vidas en sus manos. Que no haya lugar para la duda, porque Dios nunca nos va a fallar ni nos va a dejar abandonados. Dios está con nosotros, por eso hay que estar animados, llenos de gozo y de esperanza. Que nos salga del corazón la verdad de que Dios nos ama y que nunca nos dejará.