Tal vez esperar en Dios no es fácil, pero tampoco es en vano. Se nos hace difícil confiar cuando cerramos nuestros ojos ante la palabra de Dios, cuando satanás provoca que nuestra mente y corazón se llenen de lo vano de este mundo con lo que somos seducidos para poner nuestra mirada y dependencia en las cosas que son pasajeras.
«Si confiamos en Dios vamos a sentir su amor y veremos sus maravillas cada día. Por esto es importante que nuestra mente y corazón se cautiven con la palabra de Dios, porque de lo contrario nuestro pensamiento también nos hará mirar un futuro oscuro por pensamientos negativos y nuestro corazón nos hará caer en el miedo y en la desesperación.»
La palabra de Dios ablanda nuestro corazón para que sea confiado y es así como nos damos camino a las maravillas de Dios, pues hay momentos especiales en donde no hay más nada que hacer, todo se mira perdido y sin esperanza. En esas situaciones en donde ya nada es posible Dios hace posible todo, pero nuestro corazón debe ser tocado por la palabra que nos permite confiar. Es de esta manera como aprendemos a vivir por fe y no por vista, y con valor perseveramos en Cristo.La desconfianza nos desvía del camino de las bendiciones, porque al ver frente a nosotros las dificultades muchas veces queremos tomar otra ruta, la que sea más fácil y segura, pero es ahí en donde ya no podemos disfrutar de los frutos de la fe, porque siempre que actuemos con fe Dios va a responder a nuestras oraciones, y porque la vida de confianza siempre se vive en la comunión con Dios y solo ahí podemos tener seguridad. Pongamos nuestra confianza en Dios y vamos a enfrentar con valor todas las adversidades para gloria de Dios y para nuestro deleite con las bendiciones de Dios.