Tienes Espíritu de poder

Dios se compadece de nuestras debilidades y nos da su Espíritu para ser fortalecidos y para que mediante Él podamos tener el control de nuestros deseos que se contraponen a los propósitos de Dios. Dominarnos a nosotros mismos significa agradar a Dios, es dominar los deseos de nuestra carne y corresponder en el Espíritu Santo a Dios.

«La vida cristiana se vive cuando el Espíritu Santo mora en nosotros y cuando en nuestra vida cotidiana se deja ver en nosotros la mente y la imagen de Cristo. Tener el dominio de nuestro yo y de nuestros deseos es parte de la victoria del creyente en Cristo dirigido por el Espíritu Santo. Hagamos entonces honor a la presencia de Cristo y del Espíritu Santo y dejemos que su poder nos fortalezca.»

Autocontrolarnos es la tarea que todo creyente tiene, por eso hay que considerar todos los recursos espirituales que Dios nos ha dado, confiando que el Espíritu Santo quien también es la provisión del Padre y de Cristo haga efectiva nuestra diligencia para fortalecernos y crecer cristianamente en el propósito de controlar nuestros impulsos y deseos carnales que se oponen a Dios y a su buen propósito.Nuestra victoria sobre nuestro yo también consiste en que nada debe impedirnos hacer lo que Dios demanda y espera como parte del servicio fiel. Hay que vencer el miedo, la pereza para que no estemos pasivos, sino siempre activos y dando frutos, produciendo cada día para la gloria de Dios en su reino, en donde indudablemente somos de bendición para nuestros hermanos y para todos.