Tu victoria en tus adversidades

Las tribulaciones de los hijos de Dios están dentro de su voluntad para ayudarlos a crecer. Ningún acontecimiento sorprende a Dios, él lo sabe todo de manera anticipada, lo planea y siempre permitirá y ejecutará lo que ayude en la fe de su pueblo. Nada impide o hace que Dios cumpla su buen propósito en nuestras vidas.

«Pues ya llega la hora, y es ahora mismo, cuando ustedes se dispersarán cada uno por su lado, y me dejarán solo. Pero no estoy solo, porque el Padre está conmigo. Les digo todo esto para que encuentren paz en su unión conmigo. En el mundo, ustedes habrán de sufrir; pero tengan valor: yo he vencido al mundo. Juan 16:32-33 (DHH)

 Las aflicciones mundanales por causa de nuestra fe, son las tormentas cotidianas que se enfrentan a riesgo de caer derrotados. Por tal razón, debemos vivir esta realidad en plena certidumbre de fe; siempre confiando el Jesucristo,  porque no importa cuán complicado se torne nuestro caminar, en Cristo hallaremos la paz para estar estables y la fuerza para vencer.

A sí que, dispongamos nuestra vida para el Señor, porque finalmente, cualquier tribulación que enfrentemos estará dentro de la voluntad de Dios para ayudarnos a crecer y para dar a conocer su nombre en este mundo a través de nuestras luchas.

Las victorias en nuestras adversidades muestran al mundo la victoria de Cristo sobre el mal. De esta manera somos instrumentos para darle esperanza en Cristo a la humanidad que vive inmersa en la derrota por la fuerza de satanás y por el mal. En medio de las aflicciones nunca nos faltará el consuelo de Dios para que podamos soportar victoriosamente, de ese modo también se cumple el propósito de Dios en nuestras vidas y con nuestras vidas para ser de bendición a otras personas.

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues, así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo. 2 Corintios 1:3-5 (NVI)

Que Dios te de plena certeza de victoria, paz, consuelo y gozo en las pruebas. Que a través de las adversidades puedas crecer en la fe y por lo mismo en tu relación con Dios. Que de este mismo modo, seas instrumento para confirmar a otros en la fe y que los que no creen también puedan creer a través de tu testimonio de perseverancia y victoria en medio de las tribulaciones que enfrentas en este mundo.

 

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