Cómo salir de la miseria en la que hunde el pecado

El pecado ha esclavizado y dañando a la totalidad del ser humano, ha llevado a la humanidad al sufrimiento más terrible alejándola de Dios

“…por medio de la fe en Jesucristo, Dios hace justos a todos los que creen. Pues no hay diferencia: todos han pecado y están lejos de la presencia gloriosa de Dios. Pero Dios, en su bondad y gratuitamente, los hace justos, mediante la liberación que realizó Cristo Jesús. Dios hizo que Cristo, al derramar su sangre, fuera el instrumento del perdón. Este perdón se alcanza por la fe. Así quería Dios mostrar cómo nos hace justos: perdonando los pecados que habíamos cometido antes,”. Romanos 3:22-25 (DHH)

Todo ser humano calló en la miseria del pecado, de esta condición no es posible salir solos, la obra de Cristo resulta necesaria para lograrlo. A través su muerte Cristo pagó por nuestros pecados, sólo él pudo cumplir con las exigencias de la justicia de Dios, porque Dios no da por inocente al culpable, ni culpa al inocente, pero como la entrega de Cristo por nosotros fue voluntaria, su sacrifico fue considerado el pago del castigo de nuestros pecados.

Es por esto que a través de Cristo podemos ver la gloria de Dios, podemos de nuevo regresar a una relación con Él. Luego de ser destituidos por nuestros pecados, en Cristo nos es restituida la posición ante Dios nuestro creador y entramos en una relación de Padre e hijos. Luego entonces, nosotros no tenemos que gloriarnos, porque nuestra salvación es totalmente por gracia, es un favor inmerecido que resulta del grande e infinito amor divino. Así que, toda la gloria es para Dios, todo nuestro ser debe honrarle por los siglos de los siglos.

El pecado tomo el control total del ser humano es por esto que se necesita la intervención misericordiosa de Dios

 ¡Ay, gente pecadora, pueblo cargado de maldad, descendencia de malhechores, hijos pervertidos! Se han alejado del Señor, se han apartado del Dios Santo de Israel, lo han abandonado. Ustedes se empeñan en ser rebeldes, y en su cuerpo ya no hay donde castigarlos. Tienen herida toda la cabeza, han perdido las fuerzas por completo. De la punta del pie a la cabeza no hay nada sano en ustedes; todo es heridas, golpes, llagas abiertas; nadie se las ha curado ni vendado, ni les ha calmado los dolores con aceite. Su país ha quedado hecho un desierto, y arden en llamas las ciudades. En la propia cara de ustedes los enemigos se comen lo que ustedes sembraron. Todo ha quedado hecho un desierto, como Sodoma cuando fue destruida. Isaías 1:4-7 (DHH)

Reconozco que he sido rebelde; mi pecado no se borra de mi mente. Contra ti he pecado, y sólo contra ti, haciendo lo malo, lo que tú condenas. Por eso tu sentencia es justa; irreprochable tu juicio. En verdad, soy malo desde que nací; soy pecador desde el seno de mi madre. Salmos 51:3-5 (DHH)

Que Dios te ayude a buscar siempre su gracia en Cristo porque es necesaria para resolver tu vida, que cada día madure cristianamente dependiendo totalmente de Cristo y su obra. Aunque el pecado afectó totalmente la vida humana, Cristo puede restaurarla, en Cristo se nace de nuevo y se es una nueva criatura; podemos tener su naturaleza, su mente, incluso, es posible tener el corazón de Dios.

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