Enojarse o no controla la ira nos pone en peligro y pone en riesgo a quienes nos rodean
“Mejor es el que tarda en airarse que el fuerte; Y el que se enseñorea de su espíritu, que el que toma una ciudad.” Proverbios 16:32 (RVR1960)
Es necesario evitar las situaciones que llevan al enojo. Es decir, hay que alejarnos de situaciones tóxicas que tengan el poder de cambiar nuestro estado de ánimo y que preceden a una actitud o conducta de ira. Si hay discusiones que nos acaloran, debemos evitarlas, porque es importante cuidar un estado de ánimo sano y no caer en el enojo descontrolado.
Quizás hay otros factores que provoquen que una persona corra el riesgo de ser abrazada por la ira, en esos casos, si no podemos evitar tales factores, debemos ser fuertes para controlar la ira y cuidar que no se prolongue. La ira no es característica de fuerza, sino de debilidad, no es muestra de poder, por el contrario, es la ausencia del auto gobierno.
La mejor posesión de una persona es la paz y su mayor fuerza es el dominio propio. Hoy es un buen tiempo para buscar en Dios la nobleza de espíritu y su fortaleza para no caer presos de la ira que destruye el interior de quien la posee y la vida de las personas que son víctima de los airados sin control.
La Biblia también dice:
“Mis queridos hermanos, tengan presente esto: Todos deben estar listos para escuchar, y ser lentos para hablar y para enojarse; pues la ira humana no produce la vida justa que Dios quiere.” Santiago 1:19-20 (NVI)
“La blanda respuesta quita la ira; Mas la palabra áspera hace subir el furor.” Proverbios 15:1 (RVR1960)
“«Si se enojan, no pequen». No permitan que el enojo les dure hasta la puesta del sol, ni den cabida al diablo.” Efesios 4:26-27 (NVI)