Dios nunca se olvidará de nuestras obras de amor, de misericordia y compasión en favor de los que necesitan. La riqueza en Dios no es tener cosas, sino compartir lo que tenemos como bendiciones que vienen de su mano amorosa
“Denles a otros lo necesario, y Dios les dará a ustedes lo que necesiten. En verdad, Dios les dará la misma medida que ustedes den a los demás. Si dan trigo, recibirán una bolsa llena de trigo, bien apretada y repleta, sin que tengan que ir a buscarla.»” Lucas 6:38 TLA
Dios recompensa la bondad de nuestro corazón, cuando ayudamos tenemos promesa de ser retribuidos abundantemente. Es posible que algunas veces sintamos dolor por ver la necesidad de nuestros hermanos y no tenemos como ayudarles, en ese caso debemos orara por ellos, pero si tenemos lo que ellos necesitan, entonces tenemos el privilegio y el deber cristiano de ayudarles.
Si no ayudamos, eso muestra la carencia de bondad, amor, misericordia y la ausencia de los atributos que son propios de un creyente que tiene el corazón de Dios y que además confía en las bendiciones y retribuciones divinas. Aunque también debemos afirmar, que un buen creyente da no para que Dios le de más, su caridad es en razón de ser bueno, aunque indudablemente eso Dios lo recompensa.
Seamos buenos con los que no tienen, porque la riqueza de ellos es tenernos a nosotros y la nuestra es tener a Dios, aunque ellos también tienen a Dios, pero esto es un decir de nuestra confianza y de nuestra total dependencia de Dios, porque confiamos que al desprendernos de cosas para ayudar a lo necesitados no nos volveremos pobres, más bien, tenemos la esperanza de gozar las bendiciones de Dios en la cantidad que Él quiera darnos.
La Biblia también dice:
“El que es generoso, progresa; el que siembra, también cosecha. Al que esconde el trigo para venderlo más caro, la gente lo maldice; al que lo vende a buen precio, la gente lo bendice. Trata de hacer el bien, y te ganarás amigos; busca hacer la maldad, y el mal te destruirá.” Proverbios 11:25-27 TLA
“Epafrodito me entregó todo lo que ustedes me enviaron, y fue más que suficiente. La ayuda de ustedes fue tan agradable como el suave aroma de las ofrendas que Dios acepta con agrado. Por eso, de sus riquezas maravillosas mi Dios les dará, por medio de Jesucristo, todo lo que les haga falta.” Filipenses 4:18-19 TLA