Debemos edificarnos unos a otros en Cristo

El interés por el crecimiento de los demás es característico de un cristiano, el individualismo no coincide con la verdad de ser un solo cuerpo y todos miembros los unos de los otros para crecer en Cristo y hasta la estatura de Cristo

“Preocupémonos los unos por los otros, a fin de estimularnos al amor y a las buenas obras. No dejemos de congregarnos, como acostumbran hacerlo algunos, sino animémonos unos a otros, y con mayor razón ahora que vemos que aquel día se acerca.” Hebreos 10:24-25 NVI

Dios como creador a provisto nuestro sustento a través de concedernos a todos los seres humanos diferentes dones para desarrollar oficios con los que mutuamente como humanidad podemos complementarnos. Dios como redentor de nuestras vidas ha enriquecido a su iglesia con su multiforme gracia. Es decir, a cada uno le ha dado diferentes forma de edificar a su hermano.

Debemos procurar ayudar a nuestro hermano en su crecimiento cristiano, debemos animarnos mutuamente para no desmayar en la fe. Todos somos la provisión mutua de Dios para que juntos nos ayudemos a perseverar hasta el día que Cristo venga en gloria por nosotros.

Cuando todos ponemos al servicio de nuestros hermanos nuestros dones y funciones como miembros del cuerpo de Cristo, nos ayudamos mutuamente en el crecimiento; somos edificados y preparados para dar los mejores frutos entre nosotros para la gloria de Dios. 

Hoy es un buen tiempo para que provechosamente pongamos a funcionar nuestros dones y talentos y de esa manera mostremos amor a nuestro hermano, quien seguramente será bendecido con ello para crecer en la gracia de Dios.

La Biblia también dice: 

“Cada uno ponga al servicio de los demás el don que haya recibido, administrando fielmente la gracia de Dios en sus diversas formas. El que habla, hágalo como quien expresa las palabras mismas de Dios; el que presta algún servicio, hágalo como quien tiene el poder de Dios. Así Dios será en todo alabado por medio de Jesucristo, a quien sea la gloria y el poder por los siglos de los siglos. Amén.” 1 Pedro 4:10-11 NVI

“…también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás. Tenemos dones diferentes, según la gracia que se nos ha dado. Si el don de alguien es el de profecía, que lo use en proporción con su fe; si es el de prestar un servicio, que lo preste; si es el de enseñar, que enseñe; si es el de animar a otros, que los anime; si es el de socorrer a los necesitados, que dé con generosidad; si es el de dirigir, que dirija con esmero; si es el de mostrar compasión, que lo haga con alegría.” Romanos 12:5-8 NVI

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