El que no comprende la gracia de Dios no perdona, y aunque aparentemente busque a Dios para obtener el perdón de sus propios pecados no será perdonado, porque su búsqueda no es sincera, ya que con la misma gracia con que somos perdonados también debemos perdonar
» Porque, si perdonan a otros sus ofensas, también los perdonará a ustedes su Padre celestial. Pero, si no perdonan a otros sus ofensas, tampoco su Padre les perdonará a ustedes las suyas. Mateo 5:14-15
Unas de las partes centrales de la oración del padre nuestro, no es solo el hecho de pedir con confianza el pan nuestro de cada día, también lo es la búsqueda del perdón, que es necesario tanto para vivir el presente, como también el futuro con la gracia de Dios. Sin embargo, hay una condicionante para ser perdonados: debemos nosotros perdonar a quienes nos ofenden.
Lo que esto significa, es que, si entendemos la gracia de Dios para buscar el perdón, significa que por la misma gracia con la que somos perdonados, nosotros también debemos perdonar. Esto nos posiciona en la correcta comprensión de la gracia y por lo mismo, de esta manera buscamos de manera genuina el perdón divino, el cual tendremos oportunamente.
La Biblia también dice:
Abandonen toda amargura, ira y enojo, gritos y calumnias, y toda forma de malicia. Más bien, sean bondadosos y compasivos unos con otros, y perdónense mutuamente, así como Dios los perdonó a ustedes en Cristo. Efesios 4:32-33 NVI.
» No juzguen, y no se les juzgará. No condenen, y no se les condenará. Perdonen, y se les perdonará. Den, y se les dará: se les echará en el regazo una medida llena, apretada, sacudida y desbordante. Porque con la medida que midan a otros, se les medirá a ustedes». Lucas 6:37-38 NVI.