El que causa división en la iglesia debe ser corregido

Debemos cuidar la unidad de la iglesia, cada una de nuestras actitudes deben ser a favor de la armonía en nuestra comunidad de fe, pero también se debe corregir a quienes atentan con la unidad de la iglesia, porque quien tal cosa hace busca su destrucción

Al que cause divisiones, amonéstalo dos veces, y después evítalo. Puedes estar seguro de que tal individuo se condena a sí mismo por ser un perverso pecador. Tito 3:10-11

Debemos promover la unidad de la iglesia en la que nos congregamos, para esto se requiere humildad, nobleza y dejarnos gobernar mostrando una actitud de obediencia, abandonando la altives y la sabiduría en nuestra propia opinión lo cual es sinónimo de necedad.

Una vida rebelde rompe con la unidad, porque para este tipo de personas las contenciones, las discusiones y los pleitos son su propósito principal, estos por estar bajo los deseos de su propia carne y no en el poder del Espíritu Santo.

Hay personas que dañan demasiado la unidad de la iglesia, debemos orar por ellas, ser influencia positiva, pero en algunos casos se debe también aplicar la disciplina de manera más estricta, de lo contrario, serán la causa del mal en la vida comunitaria de la congregación.

La Biblia también dice:

Les suplico, hermanos, en el nombre de nuestro Señor Jesucristo, que todos vivan en armonía y que no haya divisiones entre ustedes, sino que se mantengan unidos en un mismo pensar y en un mismo propósito. Digo esto, hermanos míos, porque algunos de la familia de Cloé me han informado que hay rivalidades entre ustedes. Me refiero a que unos dicen: «Yo sigo a Pablo»; otros afirman: «Yo, a Apolos»; otros: «Yo, a Cefas»; y otros: «Yo, a Cristo». 1 Corintios 1:10-13 NVI.

Yo, hermanos, no pude dirigirme a ustedes como a espirituales, sino como a inmaduros, apenas niños en Cristo. Les di leche porque no podían asimilar alimento sólido, ni pueden todavía, pues aún son inmaduros. Mientras haya entre ustedes celos y contiendas, ¿no serán inmaduros? ¿Acaso no se están comportando según criterios meramente humanos? Cuando uno afirma: «Yo sigo a Pablo», y otro: «Yo sigo a Apolos», ¿no es porque están actuando con criterios humanos? 1 Corintios 3:1-4 NVI.

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