Una pregunta en medio del sufrimiento ¿Por qué a mi Dios?

La respuesta es, porque Dios te ama y, las tribulaciones que ahora vives, es porque Dios quiere darse a conocer más en tu vida, para darte las mejores y más abundantes riquezas del cielo y de su gloria. Así que, a pesar del sufrimiento podemos decir: ¡alabado sea nuestro Dios y Padre!

Alabado sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, Padre misericordioso y Dios de toda consolación, quien nos consuela en todas nuestras tribulaciones para que, con el mismo consuelo que de Dios hemos recibido, también nosotros podamos consolar a todos los que sufren. Pues, así como participamos abundantemente en los sufrimientos de Cristo, así también por medio de él tenemos abundante consuelo. Si sufrimos, es para que ustedes tengan consuelo y salvación; y, si somos consolados, es para que ustedes tengan el consuelo que los ayude a soportar con paciencia los mismos sufrimientos que nosotros padecemos. 2 Corintios 1:3-6 NVI

¿Por qué a mí? Es una pregunta conocida que brota en medio del sufrimiento. Una pregunta que queda sin respuesta cuando queremos entenderla con la razón, porque para muchos no tiene lógica pensar que Dios opera en nuestra vida para nuestro bien y el bien de los demás a través del sufrimiento.

Con certeza podemos decir que, Dios nos hace participes de los sufrimientos de Cristo para que también participemos de su gloria y para que podamos ayudar a otros cuando sufren y no entienden su dolor. Dios nos da el consuelo cuando somos golpeados por las adversidades, nos da fuerza cuando somos debilitados físicamente por los males de esta tierra. En todo esto, siempre se hace más presente la esperanza de la gloria de Dios.

Si te estás haciendo la pregunta ¿Por qué a mí? La respuesta es, porque Dios te ama y quiere que sientas su cercanía y su consuelo maravilloso ahora que sufres. Nadie puede sentir tan cerca a Dios, como aquellos que viven sus intervenciones en los momentos angustiosos, porque nuestro Dios es bueno y nunca deja solo a sus hijos cuando sufre, al contrario, su cercanía es tal que, ellos pueden sentir consuelo, esperanza, paz y gozo como nadie en esos momentos.

A través de las pruebas Dios se hará más conocido en tu vida por sus intervenciones para ayudarte y para la transformarte. De esa manera también Dios te ayuda a perseverar hasta el día que Cristo venga o hasta el día de tu muerte, pero también de esta manera Dios te usa para que puedad ayudar a otros en sus propios procesos; Dios te prepara y te usa en tus pruebas para ayudar a otros a superar sus propias tribulaciones.

¡Alabado sea el nombre de Dios! Porque cuando pasamos por tribulaciones, lejos de perder, ganamos, en lugar de derrotas triunfamos y, todo esto por la oportuna intervención de Dios que nos consuela y nos manifiesta su abundante misericordia.

La Biblia también dice:

Aunque la higuera no florezca, ni haya frutos en las vides; aunque falle la cosecha del olivo, y los campos no produzcan alimentos; aunque en el aprisco no haya ovejas, ni ganado alguno en los establos; aun así, yo me regocijaré en el Señor, ¡me alegraré en Dios, mi libertador! El Señor omnipotente es mi fuerza; da a mis pies la ligereza de una gacela y me hace caminar por las alturas. Habacuc 3:17-19 NVI.

Hermanos míos, considérense muy dichosos cuando tengan que enfrentarse con diversas pruebas, pues ya saben que la prueba de su fe produce constancia. Y la constancia debe llevar a feliz término la obra, para que sean perfectos e íntegros, sin que les falte nada. Santiago 1:2-4 NVI.

 

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