Debemos amar a todos con el único amor verdadero, con el amor de Dios

Amar como Dios ama es el mandamiento de Jesús, quien nos amó sin que lo mereciéramos, entregándose por nosotros a una muerte vergonzosa y dolorosa para lograr con eso nuestra salvación

Que el Señor los lleve a amar como Dios ama, y a perseverar como Cristo perseveró. 2 Tesalonicenses 3:5 NVI.

No es nada fácil darle un beso en la mejilla a la persona que tanto daño nos ha causado y, tampoco es fácil pedirle a Dios bendición por ellos. Pero ese es el genuino amor con el que Dios quiere que sus hijos amen, porque con ese mismo amor fuimos amado.

Pidámosle hoy Dios que nos enseñe a amar como Él ama y que nos fortalezca para perseverar, así como Cristo perseveró en medio de tanto sufrimiento. Sólo los verdaderos hijos de Dios perseveran y lo hacen amándose los unos a los otros y amando a los enemigos.

Por amor a nosotros Cristo cargó una pesada cruz y, aun en medio del paso más difícil no renuncio a ella, porque de esa manera lograría nuestra salvación. Cristo al estar colgado en la cruz no se salvó a él mismo para salvarnos a nosotros del dolor y de la muerte por nuestros pecados, es con este mismo amor con el que nosotros debemos amar a los que nos hacen daño.

Debemos actuar con nobleza y mansedumbre ante los arrogantes y prepotentes; a la fuerza bruta debemos responderle con nobleza, a las palabras ásperas e hirientes debemos responderles con palabras suaves de bendiciones.

Parece muy difícil amar de esta manera, porque amar duele, a Cristo le dolió amar, pero tal acción produce gozo y esperanza. Los que amamos con el amor de Dios tendremos la fuerza de Dios para aguantar el sufrimiento del amor. La Biblia indica que el amor es sufrido, pero también dice “que todo lo cree”, porque el que ama tienen fe y el que tiene fe siempre gozará del favor de Dios.

La Biblia dice:

Si encuentras un toro o un asno perdido, devuélvelo, aunque sea de tu enemigo. Si ves un asno caído bajo el peso de su carga, no lo dejes así; ayúdalo, aunque sea de tu enemigo. Éxodo 23:4-5 NVI.

No devuelvan mal por mal ni insulto por insulto; más bien, bendigan, porque para esto fueron llamados, para heredar una bendición. 1 Pedro 3:9 NVI.

 

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