
Dios conoce todas nuestras necesidades, pero espera nuestras oraciones en el nombre de Cristo como un acto de fe, porque este es el medio para acceder a su ayuda.
Oye, oh Jehová, mi voz con que a ti clamo; Ten misericordia de mí, y respóndeme. Mi corazón ha dicho de ti: Buscad mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Jehová; No escondas tu rostro de mí. No apartes con ira a tu siervo; Mi ayuda has sido. No me dejes ni me desampares, Dios de mi salvación. Salmo 27:7-9
Tenemos la oportunidad para buscar a Dios y encontrarlo, para clamarle y ser escuchados. Nuestras vidas tienen tantas necesidades de Dios que, ahora mismo debemos doblegarnos ante Él y pedir su misericordia para ser perdonados de nuestras maldades y pedir su gracia para ser provistos de lo que nuestro cuerpo necesita; salud, alimento, seguridad, estabilidad emocional etc., Todo lo que hoy necesitamos Dios lo tiene, Él es la fuente inagotable de los bienes que hoy le urge a nuestras vidas.
Nuestra oración a Dios debe ir siempre acompañada de la confianza, el compromiso y la gratitud, el Señor está cerca de los que le invocan, de los que le buscan en alabanza, en adoración y en la oración, acercarse a Él como una opción más o una posibilidad para salir de nuestra situación, sin reconocerle como nuestro Señor no es un acto de fe.
Dios no responde a quien le pide mal para gastar en sus pasiones y deleites, Dios responde a quien se deleita y se apasiona en Él. Por eso la Biblia dice: Y, cuando piden, no reciben porque piden con malas intenciones, para satisfacer sus propias pasiones. Santiago 4:3 NVI
Nada por muy difícil que sea debe paralizarnos, porque Dios es nuestra salvación y permanentemente interviene para socorrernos, nos brinda la ayuda adecuada en esos tiempos en donde ya no podemos, cuando no encontramos la solución, cuando estamos sin recursos, desgastados y con un futuro poco esperanzador.
Así que, no debemos quedarnos en esas derrotas y mucho menos voltearnos contra Dios. La Biblia nos da la siguiente recomendación: No se inquieten por nada; más bien, en toda ocasión, con oración y ruego, presenten sus peticiones a Dios y denle gracias. Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, cuidará sus corazones y sus pensamientos en Cristo Jesús. Filipenses 4:6-7 NVI
Hoy es un buen tiempo para que los que ya tienen el hábito de orar, no dejen de practicarlo, y los que aún no oran comiencen de inmediato a orar, porque la oración es necesaria; los que no oran no son escuchados por Dios, no reciben su misericordia, no tendrán el amparo divino y por lo mismo se perderán.
Esta es la ocasión oportuna para orar y ser inundados con la paz eterna, para que nuestro corazón esté tranquilo, sin confusión y miedo, y para que nuestra mente esté despejada y renovada, entendiendo cual es la voluntad de Dios y su propósito en lo que nos esté sobreviniendo.