Poder hablar es bendición, pero es mejor cuando al hablar bendecimos.
“Hay quienes hieren con sus palabras, pero hablan los sabios y dan el alivio.” Proverbios 12:18 DHH94I
Las palabras tienen mucho poder, pueden derribar o pueden plantar con firmeza.
Pero también, con una buena palabra podemos levantar al corazón abatido, podemos animar al que está sin ánimos y esas palabras pueden darle fuerza al que está desgastado por la angustia.
El desánimo de una persona lo puede hundir en la depresión, por eso debemos estar al pendiente de las personas que nos rodean, para poder ayúdalas con las palabras sabias de Dios, con un consejo, consuelo o palabras de esperanza, porque ellas serán medicina a su corazón y a sus huesos.
También nosotros, debemos hacer conciencia sobre esto, para que en esos tiempos de angustias nos alimentemos de una buena palabra, nos mediquemos con la palabra de Dios que nos puede llegar a través de las personas que nos aman, atreves de quienes se interesan por nosotros y quieren vernos bien. Así que, escúchenos y compartamos la buena palabra.
“El que piensa sabiamente, se sabe expresar, y sus palabras convencen mejor. Las palabras dulces son un panal de miel: endulzan el ánimo y dan nuevas fuerzas.”
Proverbios 16:23-24 DHH94I. “La vida y la muerte dependen de la lengua; los que hablan mucho sufrirán las consecuencias.” Proverbios 18:21 DHH94I