El que busca a Dios encuentra refugio para siempre 

Si buscamos a Dios para que nos brinde su ayuda lo encontraremos, porque Él recibe y atiende los humildes, Él se deja encontrar, sale a nuestro encuentro cuando lo buscamos de corazón.

“Reúnanse, júntense ustedes, gente falta de vergüenza, antes de ser aventados como paja, que en un día desaparece; antes que caiga sobre ustedes la ira ardiente del Señor; antes que caiga sobre ustedes el día de la ira del Señor. Busquen al Señor todos ustedes, los humildes de este mundo, los que obedecen sus mandatos. Actúen con rectitud y humildad, y quizás así encontrarán refugio en el día de la ira del Señor.” Sofonías 2:1-3 DHH94I

El no buscar la ayuda de Dios es una actitud de arrogancia,

pero también cuando no buscamos la ayuda de Dios es porque no tenemos ningún interés en obedecerlo y mucho menos confiamos en lo que ha prometido a sus criaturas y a sus hijos. En esta condición no podemos estar bien, porque somos prófugos de la justicia divina, deshonramos el nombre de Dios y seguramente nuestro comportamiento no será de bendición para nuestro semejante. 

Hoy es un buen tiempo para vivir la vida justamente, y todo inicia con la búsqueda del perdón, porque aunque no lo aceptemos, delante de Dios somos pecadores. Debemos arrepentirnos y actuar con humildad, porque es la actitud que se requiere para que Dios nos de la gracia del perdón. 

El arrepentimiento genuino viene después de sentir dolor por la culpa y eso es el reflejo de un corazón que se humilla, reconociendo que en Dios puede encontrar la solución para su problema y la eterna seguridad. El arrepentimiento es la manifestación de nuestra necesidad total de lo provisto por Dios para salvarnos, en el reconocimiento que nada nos es suficiente de nosotros para tener vida eterna.

“El Espíritu de Dios vino sobre Azarías hijo de Oded, y este salió al encuentro de Asá y le dijo: «Asá, y gente de Judá y de Benjamín, ¡escúchenme! El Señor estará con ustedes, siempre y cuando ustedes estén con él. Si lo buscan, él dejará que ustedes lo hallen; pero, si lo abandonan, él los abandonará.” 2 Crónicas 15:1-2 NVI

“Oh Dios, tú eres mi Dios; yo te busco intensamente. Mi alma tiene sed de ti; todo mi ser te anhela, cual tierra seca, extenuada y sedienta.” Salmo 63:1 NVI

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