Nunca estaremos perdidos y vacíos cuando busquemos a Dios, nuestra vida estará satisfecha cuando se encuentre con Él, por que Dios no solo es nuestra vida, sino que, Él es también nuestro sustento.
“» Siéntanse orgullosos de su santo nombre. ¡Siéntase alegre el corazón de los que buscan al Señor! Recurran al Señor, y a su poder; recurran al Señor en todo tiempo. Recuerden sus obras grandes y maravillosas, y los decretos que ha pronunciado: ustedes, descendientes de su siervo Israel, ustedes, hijos de Jacob, sus escogidos.” 1 Crónicas 16:10-13 DHH
Nuestra vida anhela la presencia de Dios, esas necesidades profundas, los vacíos de nuestro yo interno necesitan la llenura de Dios
y, aun nuestro cuerpo reciente la lejanía de su Creado, cuando no somos de espíritu fervientes para buscar su presencia. Todo sentimiento negativo y la inestabilidad física, emocional y espiritual que el ser humano tiene, es por la necesidad de la presencia de Dios, porque fuimos creados para estar en una relación total y cercana con Él.
Todo el sufrimiento que vivimos y las mismas derrotas nos hacen ver la necesitad del poder de Dios en nuestras vidas, lo mismo nuestras debilidades necesitan la manifestación del Dios de poder, para ser fortalecidos y vivir en victoria, dejando atrás las muchas derrotas que hemos sufrido.
Todo el tiempo estamos recibiendo palabras negativas y aun lo que oímos y vemos en mucho es nocivo para vivir bien, por eso necesitamos a Dios y su Palabra para que seamos libres y nuestra condición de vida sea buena y del mismo modo podamos hacer el bien en todo y a todos.
Hoy es un buen tiempo para tomar todo lo que Dios ha puesto a nuestro alcance y de esa manera estar en comunión con Él, con la esperanza de disfrutar su presencia gloriosa, la cual resplandecerá también en nosotros. Reconozcamos todas las bendiciones que recibidos todos los días, para buscar a Dios en agradecimiento, pero también aceptemos que sus mandamientos son vida y que al obedecerlo lo honramos, pero también Él reconoce nuestra obediencia y sujeción a través de la honra, por lo que nuestra vida puede ser estable y satisfecha por su gracia en nosotros.
Yo sé los planes que tengo para ustedes, planes para su bienestar y no para su mal, a fin de darles un futuro lleno de esperanza. Yo, el Señor, lo afirmo. Entonces ustedes me invocarán, y vendrán a mí en oración y yo los escucharé. Me buscarán y me encontrarán, porque me buscarán de todo corazón. Sí, yo dejaré que ustedes me encuentren, y haré que cambie su suerte: los sacaré de todas las naciones y de todos los lugares por donde los dispersé, y los reuniré y haré que vuelvan a este lugar de donde los desterré. Yo, el Señor, lo afirmo.” Jeremías 29:11-14 DHH
¡Dios mío, tú eres mi Dios! Con ansias te busco, pues tengo sed de ti; mi ser entero te desea, cual tierra árida, sedienta, sin agua. ¡Quiero verte en tu santuario, y contemplar tu poder y tu gloria, pues tu amor vale más que la vida! Con mis labios te alabaré; toda mi vida te bendeciré, y a ti levantaré mis manos en oración. Quedaré muy satisfecho, como el que disfruta de un banquete delicioso, y mis labios te alabarán con alegría. Salmos 63:1-5 DHH