Se correcto ante la injusticia y Dios te dará mucho

Hagamos el bien, aunque nos paguen mal y Dios nos saciará con la riqueza de su gracia.

Dichosos los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados. Mateo 5:6 NVI

Obras justas es lo que Dios anhela por sobre todas las cosas, sin embargo, para nosotros es lo más difícil de logra.

En esta vida, todos los días nos vemos tentados a buscar, que el logro de nuestras cosas sea lo más rápido posible, por eso existe tanta corrupción, y es muy común ser tentados para sacar provecho a nuestro favor de cosas, personas o circunstancias.

También es muy común sufrir los agravios de la injusticia, y en esos casos la carne nos impulsa a responder del mismo modo. Sin embargo, lo que debemos hacer es honrar a Dios haciendo siempre lo que es correcto y cuando seamos víctimas de la maldad, actuar también correctamente, aunque en apariencia nuestra reacción nos haga ver vulnerables y débiles, y es que, precisamente en nuestra vulnerabilidad y debilidad actuará la gracia y el poder de Dios para hacernos justicia.

Debemos hacer solo lo que es correcto al costo que sea. Hay “cristianos que para ahorrarse tiempo y dinero en un trámite seden a la corrupción” o quienes para “salir de algún problema” sobornan. Dios se goza de nuestra vida justa y de eso recibiremos recompensas del cielo. En Cristo hemos sido declarados justos para gozar de vida eterna y para ser instrumentos de la justicia de Dios en este mundo.

Hoy debemos buscar un mundo más justo y debemos comenzar con nosotros, hay que dejar a tras la vida contraria a las normas de Dios, debemos comenzar a vivir conforme a su anhelo de justicia y tendremos su aprobación en esta vida y, en la futura vida moraremos con Él para siempre, porque Dios honra solamente a los justos.

La Biblia También dice: El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra. El que va tras la justicia y el amor halla vida, prosperidad y honra. Proverbios 21:21 NVI Apártate del mal y haz el bien, y siempre tendrás dónde vivir. Porque el Señor ama la justicia y no abandona a quienes le son fieles. El Señor los protegerá para siempre, pero acabará con la descendencia de los malvados. Salmos 37:27-28 NVI

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