El que busca la humildad encuentra el cuidado y la honra de Dios

Busquemos la humildad como a un tesoro y seremos enriquecidos con las riquezas de Dios.

Riquezas, honra y vida Son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová. Proverbios 22:4 RVR1960

La humildad es una virtud que debemos procurar, y la podemos ir adquiriendo a medida que vayamos creciendo en nuestra comunión con Dios, porque es ahí en donde somos transformados y moldeados a través del Espíritu Santo, al ser más llenos y dominados por Él. Cuando vivimos apoderados por el Espíritu Santo seremos más sensibles y noble ante las personas, nuestro carácter será parecido al de Jesús.

Dios quiere la humildad para nuestras vidas, porque en esto encontramos dicha; somos muy bendecidos por Dios, no sólo porque su amor se manifiesta en nuestras vidas y nos usará con poder, sino también, porque muchas personas nos mostraran aprecio y favor. No así las personas toscas y de carácter prepotente y áspero, quienes con el trato lastiman, y tal vez a los primeros que dañan son a los de su propia casa y, es casi seguro, que ni siquiera aprecio y amor reciben en ese entorno tan importante.

El que es humilde ve a los demás como superior a él mismo, esto no es baja autoestima, más bien es la actitud de un gran siervo, el cual por lo mismo es exaltado por Dios, porque los más grandes en el reino son los que sirven con humildad. Podemos tratar de servir carentes de humildad, pero es seguro que no daremos ningún fruto, porque el que no es humilde o por lo menos, no se empeña en buscar la humildad, es carente de la gracia de Dios, sin la cual no podemos hacer nada.

La humildad es fruto de la presencia de Dios en nuestras vidas a través del Espíritu Santo. Es así como podemos dominar la carne que nos hace actuar arrogantes, altivos y con prepotencia. Debemos ser diligentes y responsables para que la comunión con Dios este activa y sea permanente y creciente.

La humildad es también característica de quienes son bendecidos, porque Dios honra y recompensa esta virtud. Tomemos cada momento en los que somos tentados a ser soberbios, para aprender humildad y, que también las pruebas de nuestra fe nos ayuden a dejar que Dios actué mientras nosotros esperamos humildes y pacientes.

La Biblia también dice: “Humíllense delante del Señor, y él los enaltecerá.” Santiago 4:10 DHH

“…llénenme de alegría viviendo todos en armonía, unidos por un mismo amor, por un mismo espíritu y por un mismo propósito. No hagan nada por rivalidad o por orgullo, sino con humildad, y que cada uno considere a los demás como mejores que él mismo. Ninguno busque únicamente su propio bien, sino también el bien de los otros.” Filipenses 2:2-4 DHH

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