Confiar en Dios nos permite dormir en paz

Si dormimos en paz podemos ser reconfortados en el cuerpo y en el alma, tanto por el sueño como por la gracia de Dios, porque Él se manifiesta en los que le confían.

La paz es una vida equilibrada, quieta y estable aun cuando el entorno que nos rodea sea complicado. Cuando nuestra vida está anclada en Dios, aunque estemos en medio de olas que nos muevan para todos lados, estaremos seguros. Este tipo de paz siempre depende de la paz entre Dios y nosotros, es decir, que    a través  de Cristo estemos con Dios en una relación tan estrecha hasta llegar a ser uno con Él.

A través de Cristo podemos resolver la enemistad con Dios, enemistad que fue provocada por el pecado, pero que al aceptar a Cristo y su obra por la fe, nuestros pecados son perdonados y es quitada también nuestra culpa. De esta manera debemos estar seguros que Dios actúa siempre para ayudarnos en todas las luchas que enfrentamos en la vida diaria, la Biblia nos da enseñanza sobre esto:

«Puesto que Dios ya nos ha hecho justos gracias a la fe, tenemos paz con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo. Pues por Cristo hemos podido acercarnos a Dios por medio de la fe, para gozar de su favor, y estamos firmes, y nos gloriamos con la esperanza de tener parte en la gloria de Dios.» Romanos 5:1-2 DHH

Cuando las cosas nos preocupan y no tenemos control de la preocupación, es peor que si no tuviéramos control de las situaciones, y realmente nosotros no podemos tener el control de las circunstancias, sin embargo, Dios si tiene el control, por eso debamos descansar con la esperanza que Él sí nos puede ayudar en todo.

Si no tenemos control de las preocupaciones, eso nos afectará más que la misma circunstancia o adversidad, porque lo que esto indica, es nuestra incredulidad, y por lo mismo nuestra poca o nuestra inexistente confianza en Dios.

Hagamos el propósito de mejorar nuestra comunión con Dios a través de todas las formas que Él nos permite, de esa manera podemos vivir en calma, y también podemos dormir en paz, al tener plena certidumbre, que los pendientes y lo porvenir  referente a nuestras luchas, Dios las controla, y que con su gran potencia y sabiduría, todo le es posible y siempre es eficaz a la hora de implantarnos la paz en las peores angustias.

«Que el Señor te bendiga y te guarde; el Señor te mire con agrado y te extienda su amor; el Señor te muestre su favor y te conceda la paz.” Números 6:24-26 NVI

Compartir