Dios puede hacer que siempre estemos bien, pero debemos amarlo

Por muy malas que sean las cosas que nos suceden,  Dios cuidará que no estropean sus planes de bendición y de salvación que tiene para nosotros, además, Él hará que todo esto ayude para sus buenos propósitos.

Dios desde la eternidad planeó salvarte, pero también, determinó que absolutamente todo lo que te suceda en la vida te ayude para crecer cristianamente. Todas las experiencias fuertes que has vivido Dios las conocía de manera anticipada, nada ocurre que Él no sepa que ocurrirá, por eso debemos confiar en Él, porque su reacción siempre será efectiva para su propósito en tu vida.

Nuestra mayor ocupación y preocupación deben ser amar a Dios por sobre todas las cosas. De nuestras adversidades Él se encargará, no dejará de hacer lo que debe, y si en verdad estamos en una relación de amor con él, nos capacitará con su sabiduría para que sepamos reaccionar en el tiempo de la angustia y nos fortalecerá para que actuemos eficazmente en lo de debemos hacer.

Debemos aprender a amar a Dios con todo lo que somos y con todo lo que tenemos, esta debe ser la respuesta de nuestra gratitud, primero porque todo viene de su mano, incluso, nosotros fuimos creados para su gloria, y segundo, porque nuestra respuesta de amor, por todo lo que ha hecho de nosotros y lo que hace continuamente con nosotros y por nosotros, es parte de su gran propósito de amor y misericordia. Pero además, cuando reaccionamos con una vida de gratitud, Dios nos prepara para estar firmes ante las adversidades.

No debemos pasar por alto que Dios ama a quienes lo aman y que ese amor hacia Él demanda entrega total y fidelidad, así lo dice su palabra.

Jesús le dijo: —“Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma y con toda tu mente.”  Mateo 22:37 DHH;  “»Nadie puede servir a dos amos, porque odiará a uno y querrá al otro, o será fiel a uno y despreciará al otro. No se puede servir a Dios y a las riquezas.” Mateo 6:24 DHH

Compartir