Dios es el diseñador de cada nuevo día y cuida que nunca estén ausentes sus bondades y su fidelidad, Él espera que en cada mínimo detalle podamos ver su propósito salvador.
Con cada amanecer aparece la bondad de Dios, porque Él siempre piensa en nosotros y actúa con el bien en nuestro favor.
Cuando despierta un nuevo día y vemos que el sol comienza asomarse, pensamos que será un buen día, pero quizás cuando la mañana se ve un poco gris, concluimos que ese día no será tan bueno, porque probablemente llueva.
Si reflexionamos en esto, así es exactamente la vida en cada día; hay días soleados y días grises, pero aun los días grises son necesarios para estar bien, porque a través de ellos vamos a fortalecernos al ver las bondades de Dios y su fidelidad, al rescatarnos de en medio de los tiempos difíciles y al empoderarnos con su poder para que no nos demos por acabados.
Pasa lo mismo en la creación, porque la creación no solamente necesita del sol, también la lluvia es importante y necesaria. Así que, cuando veamos que una mañana está nublada, será porque Dios es bondadoso y es fiel en su provisión y cuidado para con su creación.
Todos los días que Dios nos ha permitido vivir están dentro de sus planes, ninguno de ellos estuvo fuera de su control, ni tampoco han sido un experimento, porque aun en los mínimos detalles Dios ha actuado y actúa permanentemente. Es por eso que, en ningún día hará falta el bien de Dios, porque Él es el que diseña cada día y sus jornadas, es quien adorna cada mañana y todo se va desarrollando acorde con su gran propósito salvador.
“¿No se venden dos pajarillos por una monedita? Sin embargo, ni uno de ellos cae a tierra sin que el Padre de ustedes lo permita. En cuanto a ustedes mismos, hasta los cabellos de la cabeza él los tiene contados uno por uno. Así que no tengan miedo: ustedes valen más que muchos pajarillos.” Mateo 10:29-31 DHH.
Así es como Dios en cada momento muestra su fidelidad, porque así lo que ha prometido y así lo ha planeado, y si prometió hacernos bien y salvarnos, eso es lo que sucederá.
Aunque satanás se oponga a los buenos propósitos de Dios, el bien siempre ha de prevalecer, por eso, aunque ves que tu día se está complicado, confía que Dios está a tu lado y el maneja los tiempos, Él dicta las estaciones de los años y tiene cuidado de las aves y de los lirios del campo.
Esto es por lo que en cada nuevo día debemos agradecer, santificarnos y consagrar cada jornada para la gloria de Dios. Es decir, aun en los momentos difíciles debemos ser agradecidos, porque si Dios así lo ha permitido, es porque con ello nos bendice, aunque no lo veamos ni lo entendamos en ese momento, pero seguramente, más adelante lo vamos a comprender.
Cada cosa que hagamos, tenemos que emprenderla para la gloria de Dios, porque todo lo que Él hace es bueno y lo hace siempre mirando hacia la salvación de nuestras vidas, cosas que Él ha prometido y cumplirá fielmente. Por lo tanto en cada nuevo día debemos confiar en Dios y serle siempre fieles.