No hay otro nombre por quien podamos ser salvos

Jesús es la buena noticia para todo el mundo, porque en sus hombros cargaría la cruz de la esperanza y sobre su cabeza la corona de espinas que le haría derramar su sangre por nuestros pecados. Jesús es nuestro único y suficiente salvador, porque el cargó con el peso y con el dolor de nuestros pecados.

Jesús fue designado para ser nuestro salvador, fuera de él no podemos encontrar el perdón de nuestros pecados.

Debemos aceptarlo por la fe y del mismo modo, en su obra debemos tener certidumbre, porque en sus méritos podemos ser aceptados por Dios como hijos.

Cualquiera que sea hoy nuestra condición, tenemos esperanza en Jesús, para vivir aquí al agrado de Dios, pero también con la esperanza de estar gloriosamente con él, porque después de que él ascendió a los cielos, al completar su obra salvadora en la tierra, dijo; voy pues a preparar lugar para ustedes.

Debemos vivir la alegría de nuestra salvación, disfrutando nuestro presente y con grandísimas expectativas dichosas de nuestro futuro. Y la mejor manera de vivir así, es sirviendo a nuestro buen Dios de todo corazón, dándole alabanzas siempre, y proclamando al mundo, que hay esperanza para todos, y que el único nombre dado al mundo para hallar la salvación es JESÚS.

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