En el entorno que vivimos, seremos tentados o provocados para actuar mal contra el prójimo, no hagamos eso, porque nada hay que lo justifique, y además, esto traerá consecuencia divina.
“Ni el mal que nos hagan es razón para actuar contra alguien, aun así se falta a la norma de Dios, porque en todo caso el actuará por nosotros o contra nosotros.”
No debemos pasar por alto la advertencia del Señor, al afirmarnos, que Él vengará al que es víctima de la maldad y el engaño. La ignorancia de lo que es bueno o correcto no exime a nadie del castigo divino si de alguna manera se causa daño o perjuicio. Por eso todos debemos ser responsables de madurar y crecer cristiana mente, para comportarnos ante nuestro semejante como es debido.
Es muy fácil y común hablar mal del prójimo para afectar su imagen y su persona, y pareciera ser, que se logra lo que se propone con esta mala actitud, al ver a la víctima en tela de juicio, quedándose sola y hasta siendo condenada injustamente. Pero ante esto debemos saber, que Dios va actuar y no dejará que la persona calumniadora se salga con la suya, porque solo es cuestión de tiempo para que la visite el juicio divino.
Y así como esto, cualquier daño que se le cause a una persona, aunque esta sea mala, hará que Dios reaccione con el castigo, porque actuar mal contra el semejante, es actuar contra Dios. Por lo tanto, en lugar de hacer el mal, hagamos el bien a todos, porque esto tendrá recompensa de Dios, ya que el bien que hagamos, es como si a Dios se lo hiciéramos.