Cristo es el don o regalo más grande que Dios nos entregó, es la muestra de lo grande que es su amor y de lo abundante que son sus misericordias por nosotros. Por lo tanto, no debemos dudar que a lado de Dios siempre estaremos bien.
“Debemos tener la certeza que Dios tiene el mayor interés por nosotros, por eso hay que acercarnos a través de Cristo con una actitud de arrepentimiento, sometimiento y agradecimiento.”
Tanto nos ama Dios, que dio a su único Hijo para poner sobre el la carga de nuestros pecados. Jesús fue entregado por Dios a la muerte para sacarnos de ahí a nosotros, de esta manera mostró el interés que tiene por nuestra vida, aun por encima de todo lo demás creado. Este sacrificio divino nos asegura las bendiciones que necesitamos para estar bien. Porque si Dios no se reservó para Él ni a su propio Hijo, no se reservará ya nada, todo el bien que necesitamos nos lo hará manifiesto siempre.
Por otro lado, este acto divino sacrificial, también puede entenderse desde una perspectiva legal; Cristo estuvo de acuerdo a ser entregado al castigo en nuestro lugar, por lo tanto, ya no debemos nada delante de Dios, nuestros pecados han recibido el justo castigo. Ahora podemos disfrutar de las bondades de Dios, en lugar de sufrir la ira y su castigo.