
El amor de Dios es maravilloso, porque alcanza para todos, y porque Dios siempre tiene una respuesta para cualquiera que sea nuestra necesidad.
El cuidado amoroso de Dios para todos los creyentes se vive siempre a pesar de que también los hijos de Dios sufren. Esto tiene su explicación, en que a pasar de las tribulaciones nunca falta el consuelo tierno y amante de Dios, por eso a pesar de esa situación uno puede sentirse bien, más que los incrédulos que viven en banquetes.
Además en esas circunstancias nos enamoramos más de Dios, porque se muestra bondadoso y nos hace presente y creíbles sus promesas. Dios nos invita a descansar en Él cuando estamos agotados por las luchas cotidianas, a la vez, que al descansar hallaremos fortaleza y protección. Todo lo que venga contra nosotros lo podremos soportar estando bajo las alas de Dios, así como la gallina protege a sus polluelos.