El que con Cristo es victorioso también es agradecido

Una vida victoriosa en Cristo se refleja a través de una vida de agradecimiento, porque nuestra victoria es gracias a Cristo, quien por nosotros enfrento victoriosamente el poder del pecado, de satanás y de la muerte.

“Con Cristo vivimos la vida en certidumbre, porque la victoria con Él es presente continua, es decir, hemos sido victoriosos, estamos siendo victoriosos y seremos victoriosos. No hay nada que pueda impedirnos estar con Dios con vida por la eternidad, porque aunque muramos, en Cristo volveremos a vivir.”

La victoria más grande del cristiano es la resurrección de entre los muertos para vida eterna con Dios. Esta victoria es precedida o antecedida, por la victoria sobre el poder del pecado y sobre satanás, porque a través de Cristo fuimos perdonados de nuestros pecados, y por lo mismo satanás el acusador ya no puede hacer nada al respecto, ya que en lugar de que seamos condenados a muerte eterna como castigo por el pecado, por la fe en Cristo recibimos la vida eterna.

La victoria con Cristo es ya una realidad que estamos viviendo, porque las promesas de Dios son ciertas, y porque todo está garantizado en los méritos de Cristo. Por todo esto, debemos vivir agradecidos y regocijándonos siempre, porque aunque la resurrección no ha llegado la esperamos con certeza, y porque aun cuando no la vemos, tenemos la convicción que la veremos.

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