Vivamos con perseverancia nuestra libertad en Cristo

Somos libres en Cristo del poder del pecado y de la persecución acusadora de satanás,

al cual podemos resistir por nuestra confianza en Cristo y en su obra redentora. También somos libres de nuestra conciencia acusadora, porque ahora ella misma atestigua las promesas y bendiciones de Dios. Ya no hay maldición en nuestra vida por causa del pecado, y tampoco estamos bajo la ira de Dios, sino bajo el amparo de su amor. Cristo nos liberó de la medición por no poder obedecer la ley, ya que él la cumplió, y por su obediencia somos justificados, somos siervos de Cristo, a él debemos obedecer y honrar.  Atendamos el llamado de Dios para mantenernos firmes en esta libertad, lo cual es posible al perseverar y crecer en la gracia de nuestro Señor Jesucristo

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