
Dios nos permite ver el presente y el futuro con alegría cuando confiamos que Él tiene el control de todas las cosas, y cuando creemos que sus promesas son verdaderas.
Cuando nuestro presente es difícil Dios tiene para nosotros el consuelo, el cual es la certeza de que el futuro será mejor, esto a través de la esperanza que nos dan sus promesas. Esto explica, como a pesar de un entorno difícil nuestro interior puede estar bien, de tal manera, que nada ni nadie puede quitarnos la alegría que Dios hace que brote en nuestra alma.
De todas nuestras tempestades puede rescatarnos Dios, tanto de las internas como de las externas, lo hace a través de la presencia de su Espíritu Santo en nuestras vidas. No importa la cantidad de nuestras angustias, porque Dios siempre nos pondrá en lugares espaciosos, al darnos el consuelo y la esperanza.