Recordemos que Dios tiene el control de todo, y que el mismo es nuestro reposo, porque aun en las rudas luchas nos fortalece y cuando estamos cansados nos conforta. Vayamos al descanso sabiendo que Dios es la fuente del bien que nuestra vida necesita.
Traigamos a la memoria las bondades de Dios, para que no se nos olvide que Él vela por nosotros y así confiemos más en su gracia. Nada logramos con sobre preocuparnos, tal vez lo que provocamos entre otras cosas, es la perdida de sueño. Durmamos tranquilos, porque el insomnio no resuelve nada, al contrario, afecta el rendimiento de nuestro cuerpo.
Si Dios ya nos ha hecho bien al salvarnos, todo lo demás que necesitemos también nos lo concederá, y si no recibimos algo que estamos anhelando, seguro es porque realmente no lo necesitábamos como lo creíamos, Dios es perfecto y sabe que es lo mejor para nosotros. Si Dios ya nos ha hecho parte de su reino, con él nos dará lo que crea conveniente, y hará de nosotros lo que sea mejor, aunque al momento no lo entendamos o no nos parezca.