La falta de conocimiento hace estar débil al creyente, le vuelve vulnerable y pasivo, es por esto por lo que, la esperanza de la resurrección, a todos nos anima, porque sabemos que no caminamos en vano, nuestra vida aquí tiene sentido, ya que nos movemos por la fe y con la esperanza de la vida eterna y gloriosa en Cristo.
“Hermanos, no queremos que se queden sin saber lo que pasa con los muertos, para que ustedes no se entristezcan como los otros, los que no tienen esperanza. Así como creemos que Jesús murió y resucitó, así también creemos que Dios va a resucitar con Jesús a los que murieron creyendo en él.” Tesalonicenses 4:13-14 DHH
La perseverancia hasta el día de nuestra muerte, es la manifestación del favor de Dios, porque los que mueren en Cristo, por él también resucitarán para estar con él toda la eternidad. Y todos los que perseveren hasta que Cristo venga, aun cuando estén vivos serán transformados de manera gloriosa. Por todo esto, Cristo es la esperanza, tanto de los vivos, como de los muertos.Vivamos alegres, disfrutando la vida y sin miedo a la muerte, porque si tenemos fe en Cristo resucitaremos para gozo eterno. Esta promesa es fundamental para la práctica de nuestra fe en esta vida y con este cuerpo, porque nos alienta para servir a Cristo con fidelidad, aunque algunas veces quedemos expuestos por servir a la causada del evangelio, y por actuar como el actuaría en determinadas circunstancias. La certeza de la vida eterna con Cristo nos llena de gozo en las dificultades de esta vida y nos mantiene con esperanza.